Los Reyes Magos pasaron por Canarias, pero se olvidaron de la Educación
Un año más, la Educación en Canarias se despertó el 6 de enero con las ilusiones rotas. Mientras otros sectores parecían recibir al menos algunos regalos de los Reyes Magos, en nuestras aulas solo quedaron promesas vacías y migajas disfrazadas de avances. La situación educativa de las islas se parece cada vez más a la legendaria isla de San Borondón, que aparece y desaparece según la voluntad de quienes nos gobiernan: hablan de planes y mejoras, pero al final no queda nada tangible.
¡Y lo que faltaba! En vez de dejar gofio, que siempre ha sido sinónimo de fuerza y sustento en Canarias, parece que nos han dejado la lata vacía. Sin recursos, sin inversiones reales, y con un profesorado que, como siempre, es el que "se moja para coger lapas", supliendo con su esfuerzo las carencias de una administración que sigue mirando hacia otro lado.
La docencia compartida y otras promesas fantasma
Una de las pocas "sorpresas" anunciadas es la posibilidad de implementar la docencia compartida en Secundaria, una demanda que nuestro sindicato lleva planteando desde hace más de 20 años. Sin embargo, con una inversión de apenas el 4,2% del PIB en 2024, muy lejos del 8,59% mínimo que es necesario para recuperar el terreno perdido, estas promesas parecen tan reales como la propia San Borondón: más mito que realidad.
Mientras tanto, seguimos esperando que la administración convoque una mesa específica para debatir el papel de la educación concertada, un sistema que, en lugar de ser un complemento temporal, se ha convertido en una alternativa estructural, perpetuando desigualdades y desviando fondos que deberían fortalecer la educación pública.
La educación concertada: el regalo que nunca pedimos
En un contexto de recursos limitados, lo lógico sería priorizar la educación pública. Sin embargo, mientras nuestras aulas continúan con ratios excesivas y falta de materiales, los centros concertados han visto cómo sus unidades se incrementaban de forma constante:
- Infantil: de 100 unidades en 2017/2018 a 125 en 2022/2023.
- Primaria: de 300 unidades en 2017/2018 a 350 en 2022/2023.
- ESO: de 200 unidades en 2017/2018 a 225 en 2022/2023.
- Educación Especial: de 50 unidades en 2017/2018 a 56 en 2022/2023.
- Formación Profesional: de 75 unidades en 2017/2018 a 100 en 2022/2023.
En total, hemos pasado de 725 unidades concertadas en 2017/2018 a 856 en 2022/2023. La excusa es siempre la misma: proteger el empleo en los centros concertados. Pero, ¿a costa de qué? De mantener a numerosos interinos de la pública en el paro, dejando nuestras aulas sin el personal necesario y perpetuando un desequilibrio que solo beneficia a unos pocos.
Esta protección desmesurada contrasta con el abandono hacia los docentes canarios en el reciente proceso de méritos. De los 3.874 nuevos funcionarios de carrera, solo el 51,57% corresponde a interinos que dan clases en canarias, quienes, a diferencia de los trabajadores de la enseñanza concertada, no reciben ninguna protección especial por parte de la administración. Esta situación no solo refleja una falta de planificación, sino también un desprecio hacia quienes llevan años luchando por mantener la calidad de la educación pública en Canarias.
Oposiciones: un caramelo chupado
Los Reyes Magos también trajeron noticias sobre las oposiciones de 2025. Sin embargo, lejos de ser un regalo deseado, parecen un caramelo envenenado. Desde INSUCAN y otros sindicatos se ha insistido en la necesidad de retrasarlas para maestros y FP hasta 2026, para evitar una sobrecarga insostenible en un sistema ya de por sí colapsado.
En Maestros, la saturación provocada por el concurso excepcional de méritos requiere un respiro para estabilizar al personal. Por otro lado, en Formación Profesional, la implantación de la nueva normativa y el modelo de FP Dual está generando enormes dificultades que hacen inviable la celebración de oposiciones en 2025 sin comprometer la calidad del sistema.
No basta con buenas intenciones ni con discursos vacíos. Lo que necesitamos son inversiones reales y una gestión eficaz que deje de lado las promesas huecas y fotos de cara a la galería. Si seguimos por este camino, el próximo 6 de enero nos volveremos a despertar con las manos vacías y el futuro de nuestras islas seguirá evaporándose como una gota de agua en Montaña Roja.
Aquí lo tenemos claro: sin gofio no hay fuerza, y si la administración continúa robándonos la lata, el profesorado seguirá mojándose para coger lapas. Pero esta lucha no puede recaer solo en ellos; necesitamos que toda la sociedad se moje y exija lo que corresponde. En democracia, el poder de cambiar las cosas está en nuestras manos. Tú decides, solo con tu apoyo, podremos contruir nuevas realidades y lograremos que los futuros Reyes nos dejen los regalos que la Educación Canaria merece y necesita.